miércoles, 14 de enero de 2015

Constantino Cavafis




Anciano

En el interior de un ruidoso café
un anciano se apoya sobre un velador;
un periódico ante él, iluminado por la soledad.

Y en el desprecio de su miserable vejez
piensa qué poco gozó de los años
cuando tuvo vigor, y elocuencia, y belleza.

Ha envejecido tanto; lo siente, lo ve.
El tiempo de su juventud, como si hubiera sido ayer,
pasó. Qué velozmente, qué velozmente.

Medita en cómo ahora se ríe de él la Sabiduría:
y cómo fió siempre –¡qué locura!-
de esa embustera que le decía: “Mañana. Tienes mucho tiempo”.

Recuerda impulsos que contuvo; y el sacrificio
de su felicidad. De su insensata prudencia
se burla hoy cada ocasión perdida.

...Hasta que de tanto evocar el pasado
se adormece. Hundido
sobre el velador solitario.

Konstantino Kavafis


***