domingo, 24 de abril de 2016

Andenes / Jorge Teillier




Andenes

Te gusta llegar a la estación
cuando el reloj de pared tictaquea,
tictaquea en la oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra sus párpados
de viajera fatigada
y los rieles ya se pierden
bajo el hollín de la oscuridad.

Te gusta quedarte en la estación desierta
cuando no puedes abolir la memoria,
como las nubes de vapor
los contornos de las locomotoras,
y te gusta ver pasar al viento
que silba como un vagabundo
aburrido de caminar sobre los rieles.

Tictaqueo del reloj. Ves de nuevo
los pueblos cuyos nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde querías llegar
como el niño el día de su cumpleaños
y los viajes de vuelta de vacaciones
cuando eras  -para los parientes que te esperaban-
sólo un alumno fracasado con olor a cerveza.

Tictaqueo del reloj. El jefe-estación
juega un solitario. El reloj sigue diciendo
que la noche es el único tren
que puede llegar a este pueblo,
y a ti te gusta estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín de la oscuridad
hace desaparecer los durmientes de la vía.

Jorge Teillier
De "El árbol de la memoria" 1961



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domingo, 17 de abril de 2016

Se prohíbe hablar al piloto / CÉSAR VALLEJO





Se prohíbe hablar al piloto 


Un poema es una entidad vital mucho más orgánica que un ser orgánico en la naturaleza. A un animal se le amputa un miembro y sigue viviendo; a un vegetal se le corta una rama o una sección del tallo y sigue viviendo. Si a un poema se le amputa un verso, una palabra, una letra, un signo ortográfico,

MUERE

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Amigo Alfonso Reyes, Señor Ministro Plenipotenciario: tengo el gusto de afirmar a usted que, hoy y siempre, toda obra de tesis, en arte como en vida, me mortifica.

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El artículo que sólo toca a las masas, es un artículo inferior. Si sólo toca a las élites, se acusa superior. Si toca a las masas y a las élites, se acusa genial, insuperable.

Si Beethoven se queda en las aristocracias espirituales y permanece inaccesible a las masas, peor para él.

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Hacedores de imágenes, devolved las palabras a los hombres.

Hacedores de metáforas, no olvidéis que las distancias se anuncian de tres en tres.

Fraguadores de linduras, ved cómo viene el agua por sí sola, sin necesidad de esclusas: el agua, que es agua para venir y no para hacernos lindos.

Fraguadores de colmos, os conmino a presentaros de manos y una vez hecho esto, ya podéis hacer todo lo demás.

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América Latina.

Ahí tenéis dos palabras que en Europa han sido y son explotadas por todos los arribismos concebibles. América Latina. He aquí un nombre que se lleva y se trae de uno a otro bulevar de París, de uno a otro museo, de una a otra revista tan meramente literaria como intermitente.

En nombre de América Latina consiguen hacerse ricos, conocidos y prestigiosos. América Latina sabe de discursos, versos, cuentos, exhibiciones cinemáticas, con música, pastas, refrescos y humores de domingo. En nombre de América Latina se juega el peligroso rol diplomático de oratoria, susceptible de ser engatusado, en banquetes y aniversarios, a favor de flamantes quimeras convencionales de la política europea.

Para todo esto se prestan estas dos palabras. De ellas sacan gran provecho personal todos aquellos que nada pueden hacer por cuenta propia, sino agarrándose al país de su procedencia y a antecedentes y referencias de familia.

Hasta Maurice Barrès, precisamente el Barrès del “culto del yo”, ha aprovechado de América Latina.

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Al celestinaje del claro de luna en poesía ha sucedido el celestinaje del cinema.

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Existen preguntas sin respuesta, que son el espíritu de la ciencia y el sentido común hecho inquietud. Existen respuestas sin preguntas, que son el espíritu del arte y la conciencia divina de las cosas.

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En el mundo hay actores y espectadores. Los primeros son machos, los segundos son hembras. A éstos se les llama críticos en arte o conductores en electricidad; a aquellos se les llama héroes en la sangre o manecillas en el reloj.

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Todo lo que llevo dicho hasta aquí es mentira.

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No quiero referir, describir, girar o permanecer. Quiero coger a las aves por el segundo grado de sus temperaturas y a los hombres por la lengua dobleancho de sus nombres.


CÉSAR VALLEJO, en Favorables/París/Poemas, núm. 2, octubre de 1926, pp. 13-15, recogido en Vanguardia Latinoamerica, Vol. 4, de Klaus Müller-Bergh y Gilberto Mendonça Teles, Iberoamericana, Madrid, 2005, págs. 155-157




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domingo, 10 de abril de 2016

ANNUS MIRABILIS / Philip Larkin





ANNUS MIRABILIS 

El intercambio sexual comenzó
en mil novecientos sesenta y tres
(un poco tarde para mí)
cuando le levantaron la censura al Chatterley
y los Beatles grabaron su primer Long Play.

Hasta entonces sólo había existido,
algo así como un regateo,
peleas por un anillo,
un bochorno que empezaba a los dieciséis
y se extendía sobre todo.

Entonces paró de golpe la pelea:
todos sintieron lo mismo
y vivir se transformó para cada uno
en un brillante saltar sobre una pata,
en un juego imposible de perder.

Así que la vida nunca fue mejor
que en mil novecientos sesenta y tres
(un poco tarde para mí):
cuando le levantaron la censura al Chatterley
y los Beatles grabaron su primer Long Play.

Philip Larkin



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domingo, 3 de abril de 2016

Hombre Muerto Caminando / Thomas Hardy




Hombre Muerto Caminando 


Como a un viviente ellos me saludan
¿mas no saben acaso
que he muerto de años tan tardíos,
aunque insepulto?


No soy aquí sino una sombra inmóvil
mohosa forma ya sin pulso, pálida
fotografía del pasado, proyectando
cenizas frías que se alejan.


Ni en la advertencia de un minuto,
ni en el barullo de una hora,
cesaron para mí los hechizos del Tiempo
en el salón o en la alcoba.


Trágico tránsito no hubo,
ni suspensión del hálito,
cuando las estaciones silenciosas
con tiento me acercaban a esta muerte.


Trovadoresco joven, deambulaba,
tañendo esta lira que es la Vida,
y el incesante son del existir
rabiando en mí como una hoguera.


Mas cuando yo aguzaba el ojo
sobre las ambiciones de los hombres,
me congelaba, y perecía entonces
un poco más.


Cuando a través de la Postrera Puerta
cruzaron mis amigos, familiares,
dejándome aquí tan desolado
morí incluso más.


Y cuando la que es dueña de mi Amor
por mí su odio despertó,
no supe ya entonces si morí
un grado más aún.


Y si completamente he muerto, cuándo,
decir no lo podría,
y si he mutado en este cuerpo inerte
que soy hoy día.


Si así esto fuera, y pese a que
paso las horas de algún modo
en charlas, caminatas y sonrisas
no vivo ya jamás.

Thomas Hardy



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