sábado, 17 de enero de 2015

Catulo





XXXIII

Tú, el mayor ladrón de los baños, Vibenio padre, y el bujarrón de tu hijo (pues, si el padre tiene la mano derecha más corrompida, el hijo el culo más voraz), ¿por qué no marcháis al exilio a alguna maldita costa, supuesto que los robos del padre son notorios para el pueblo y tú, su hijo, no puedes vender ni por un as tus peludas nalgas.


Catulo

***