viernes, 27 de septiembre de 2013

Antonio Orihuela / LA REVUELTA POSTMODERNA




LA REVUELTA POSTMODERNA



Si quieres salir en la televisión
quema un coche, pásalo.

Todos quieren quemar un coche
pero nadie piensa en tomar La Bastilla,
rompen teléfonos públicos
pero a nadie se le ocurre arrojar su móvil
contra las cristaleras de las franquicias de ropa de marca.

Dicen que su ley es la de la selva
-¡muerte a los maricones!-,
hay que ser machos y violentos
y sólo por eso humillan, violan o queman
a las musulmanas que no quieren ocultar su feminidad.

Hay que ser machos, violentos y estúpidos,
así que cuando sus hermanas
obtienen mejores resultados escolares que ellos
son sacadas de la escuela para no avergonzarlos.
Dicen que su ley es la de la selva,
pero es la misma ley que la que enseñan
en las escuelas internacionales de altos estudios económicos,
sólo que cuando llegaron ellos
únicamente quedaban en el reparto
papeles de figurantes:
macarras, porteadores, mirones y víctimas;
la peor parte de la vieja película de la selva del Capital:
desempleo, segregación, discriminación laboral,
racismo y brutalidad policial.

Los buenos estudiantes están en el paro, asqueados,
viviendo con sus padres,
los camellos tienen buena ropa, buenos coches
y ya se han marchado de casa.
Los que se hicieron mujaidines perdieron la cabeza
y después aparecieron muertos en Afganistán.

¿A quién vamos a imitar?

No queremos depender de nadie.
No queremos un jefe que nos dirija y nos dé órdenes.
No queremos trabajar en las fábricas.
No queremos ir a la formación profesional.
No queremos rebajarnos a ser simples obreros.

Queremos ropa de marca.
Queremos zapatillas Adidas.
Queremos ser jefes.

No queremos estar debajo
pero somos negros y árabes,

somos gente destruida
dispuesta a devolver el golpe.

II

Velado antes de negro, de gris o de azul,
míralo ahora, aquí, también en verde,
dependiendo del tiempo histórico y los lugares
cambia de color y de forma,

llámalo, si te sirve, integrismo,

deja que levanten banlieus,
Sarcelles, Clichy-sous-Bois, Villiers-le-Bel,
barrios marginales en medio de la nada,
suburbios sin agua, servicios ni equipamientos
y ya tienes un depósito de bombas humanas

tarde o temprano
estallarán,

llámalos, si te sirve, terroristas.


Antonio Orihuela



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