domingo, 7 de abril de 2013

Paseaba yo una noche... / Julio Vélez



(Luis López)




XXXVIII

Paseaba yo una noche
solitario por los campos del sudor
y por las calles de Malasaña, pensando
en el grito oscuro de mi patria
y en las desdichas encadenadas a la maldad
de los que gobiernan a los pueblos
tristes
en la miseria ancestral
de los pájaros sin nidos.
Paseaba yo una noche
solitario,
notando como mi cuerpo,
lejos de ansiar el mar de las fronteras,
estaba quieto
y parecía haber pintado con los colores
rojos de la ira, sus bordes
casi siempre pacíficos como una hoguera
de pastores,
cuando frente a mí,
la voz antigua de un hombre
con ojos de animal tendido a la paz
del sol, surgió como un niño correteando
entre mis pasos, sorprendiendo
al tiempo y a la caja de sorpresas
que es el estar vivos, aunque
la muerte haya extendido
sus alas negras como un guerrero vencido
antes de la batalla.
Abu Ali
me habló como las montañas ancianas
al viento;
y yo supe desde esa noche
que los pueblos, al igual que los bosques,
guardan sus canciones como si fueran pájaros,
para volar, volar hacia mundos nuevos y libres,
como el rito infantil de los juegos.


Julio Vélez  (Los fuegos pronunciados)


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