lunes, 20 de abril de 2015

Jorge Riechmann, “Rengo Wrongo”





Wrongo sostiene
que hay sobre todo una razón

de fondo
para persistir en las luchas por la justicia
para seguir siendo a pesar del terrible agotamiento de Sísifo
y la laringitis extrema de Casandra
militantes:

no dejar en la estacada a los muertos

No permitir que ese caudal milenario
de esfuerzos y esperanzas
acabe perdiéndose en arenas estériles
o en cenegales podridos de la historia

Y al razonar así
Wrongo suele emplear los términos trabajo
y sentido
pero evita cuidadosamente
las palabras martirio o sacrificio


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la felicidad se parece
a la destreza de la buena cocinera
que sólo con las viandas
que en ese momento contingentemente alberga la despensa
logra –haciendo de la necesidad
virtud– preparar una comida sabrosa
y en cambio rehúye al gran chef
que necesita su infraestructura culinaria impecable
y raros ingredientes importados
del mundo entero bien dispuestos en su cámara frigorífica
antes de mover un dedo

La felicidad es cocina casera, de temporada
y aprovechando lo que hay

Quien la piensa como nouvelle cuisine deconstruccionista
se equivoca

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Los humoristas gráficos
parecen incapaces de abordar la conflictiva
política de aguas del país
sin hacer chistes malos a costa del botijo

Humilde barro
pariente de la carne
humilde:
humus de lo humano

Pero también
una proeza técnica: la solución
al problema de mantener fresca el agua
bajo calores tórridos, sin gasto alguno eléctrico,
sin contaminación
ni durante el proceso productivo
ni cuando acaba la vida útil del objeto
que acompaña al sujeto

Irreflexivamente dibujan al botijo
como un símbolo del atraso
sin reconocer la insuperada maravilla técnica
que realmente es

El día –concluye Wrongo–
que los hoteles de lujo ofrezcan agua en botijo
en vez de embotellada en minibar
estaremos de verdad apróximándonos
a la sociedad ecológica


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Si entre uno
y el mundo se interpone
una secretaria
hay perfiles que pierden nitidez

Si se interponen dos secretarios
o tal vez secretarias
y un ayudante personal
cuesta advertir bastantes cosas obvias

Pero si se interponen tres secretarios
dos ayudantes
un jefe de protocolo y un botones
entonces la noche se confunde con el día
cerca parece lejos y al contrario
las más inenarrables confusiones
paralizan cualquier iniciativa

Si usted se hallase en trance tan extremo
deténgase un momento inspire espire

Siempre puede uno olvidar algo
cometer un error
trabucarse en el párrafo
prescindir de alguna ventaja leve más decisiva

Puede uno beber un vaso de agua
limpiarse los lentes

y salir a la calle dejando atrás todo eso

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Manuel Rivas cuenta
la respuesta de un marinero en la radio
a una pregunta por su esperanza:
tener, tengo algo de esperanza
pero una esperanza algo negativa


***

Eduardo Galeano evoca
aquella pintada sobre un muro
en algún suburbio latinoamericano:
dejemos el pesimismo para tiempos mejores


Jorge Riechmann, “Rengo Wrongo”



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