martes, 14 de octubre de 2014

EL PERRO Y EL FRASCO / Charles Baudelaire





EL PERRO Y EL FRASCO

“ – Mi lindo perro, mi buen perro, mi querido perrito,
acércate y ven a respirar un excelente perfume comprado en
la mejor perfumería de la ciudad”.
Y el perro, agitando la cola, lo que es, creo, entre esos
pobres seres, el signo correspondiente a la risa y la sonrisa,
se aproxima y posa curiosamente su nariz húmeda sobre
el frasco destapado; después, reculando de improviso con
espanto, ladra contra mí a manera de reproche.
“–¡Ah! miserable perro, si te hubiera ofrecido un paquete
de excrementos, lo hubieras olfateado con delicia y quizás
devorado. Así, tú mismo, compañero de mi triste vida, te
pareces al público, a quien nunca hay que ofrecer delicados
perfumes que lo exasperan, sino inmundicias cuidadosamente
elegidas”.

Charles Baudelaire


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