domingo, 24 de marzo de 2013

Álvaro Campos






Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También en mi tiempo escribí cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero al final,
sólo las criaturas que nunca escribieron
cartas de amor
son las que son
ridículas.

Álvaro Campos.

***