Todas las cartas de
amor son
ridículas.
No serían cartas de
amor si no fuesen
ridículas.
También en mi
tiempo escribí cartas de amor,
como las demás,
ridículas.
Las cartas de amor,
si hay amor,
tienen que ser
ridículas.
Pero al final,
sólo las criaturas
que nunca escribieron
cartas de amor
son las que son
ridículas.
Álvaro Campos.
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