martes, 30 de julio de 2013

Miguel Hernández






EL HAMBRE

I

Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.

Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas; señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.

No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.

En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

II

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.

Miguel Hernández, "El hombre acecha’



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domingo, 28 de julio de 2013

Vicente Aleixandre

  

(Luis López)



 No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente
                                                                             imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrastrarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón
     de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.

Vicente Aleixandre


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viernes, 26 de julio de 2013

Celso Emilio Ferreiro (Longa noite de pedra, 1962)




Longa noite de pedra


El techo es de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire.
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra.


Celso Emilio Ferreiro (Longa noite de pedra, 1962)


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miércoles, 24 de julio de 2013

Ezra Pound




(Pelayo Ortega)



LA BUHARDILLA

Vamos, compadezcamos a los que están mejor que
nosotros,
Vamos, amigo, recordemos
que los ricos tienen camareros y no
amigos.
Y nosotros tenemos amigos y no camareros.
Vamos, compadezcamos a los casados y a los no
casados.
La aurora entra con pasitos menudos
como una dorada Pavlova,
Y yo estoy junto a mi deseo.
Y la vida no tiene nada mejor.
Que esta hora de diáfana frescura,
la hora de despertarnos juntos.

Ezra Pound



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lunes, 22 de julio de 2013

Wallace Stevens




Un poema no necesita tener un significado y, como muchas de las cosas de la naturaleza, a menudo lo tiene.


Wallace Stevens

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sábado, 20 de julio de 2013

Idea Vilariño





Uno


Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volveré a tocarte.

No te veré morir.

Idea Vilariño


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jueves, 18 de julio de 2013

Safo de Lesbos





Sola, en alta rama, enrojece una dulce manzana
alto, en lo más alto, inadvertida a los recolectores.
No, no inadvertida, es que no pudieron alcanzarla.


(Safo de Lesbos)


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martes, 16 de julio de 2013

Josep Brodsky




En una cafetería

Bajo un olmo frondoso que cuchichea
convirtiendo esta cafetería en cualquier lugar,
-como cualquier árbol, sea olmo o abedul-
puesto que el verdor nos sobrevivirá a todos,

yo, vale decir nadie –o un hombre cualquiera-
una pincelada medio seca de una pintura viva,
que pinta el Tiempo untando el pincel en la realidad
debido a que probablemente carece de mejor paleta.

Estoy sentado hojeando el diario,
pensando ¿cuál habrá sido el modelo
con que se pintó todo esto?
¿qué quietud sin nombre, sin dirección?
¿qué forma de inexistencia repetimos nosotros,
el olmo y yo, en esta tarde de verano?


Josep Brodsky



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domingo, 14 de julio de 2013

Mark Strand






La buena vida


Estás parado junto a la ventana.
Afuera hay una nube de vidrio que parece un corazón.
Los suspiros del viento son como cuevas entre tus palabras.
Eres el fantasma en ese árbol de afuera.

La calle está en silencio.
El tiempo, de la misma manera en que el mañana y que tu vida,
parcialmente está aquí, parcialmente en el aire.
No puedes hacer nada.

La buena vida llega sin aviso:
erosiona los climas de la desesperación
y se presenta, a pie, de incógnito, sin ofrecerte nada,
y tú estás ahí.


Mark Strand



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viernes, 12 de julio de 2013

Roque Dalton / Eduardo Galeano




ROQUE

Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos. Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza.
Poeta hondo y jodón, Roque prefería tomarse el pelo a tomarse en serio, y así se salvó de la grandilocuencia y de la solemnidad y de otras enfermedades que gravemente aquejan a la poesía política latinoamericana.
No se salva de sus compañeros. Son sus propios compañeros quienes condenan a Roque por delito de discrepancia. De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo.


Eduardo Galeano, MEMORIA DEL FUEGO


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miércoles, 10 de julio de 2013

ETERNA MALDICIÓN / Gabriel Aresti





ETERNA MALDICIÓN


A vosotros,

universitarios

vascos de Barcelona,

os digo de verdad,

que si alguno de entre vosotros

explota,

de aquí a diez o tres años,

a su hermano

obrero

o contador,

ése

ése

de entre vosotros,

será provisto

de mi más rotunda maldición,

por siempre jamás,

como

el más hijo

de los hijos

de puta

de este mundo.”




Gabriel Aresti





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lunes, 8 de julio de 2013

Bárbara Butragueño / INCENDIARIO







HAS ENTRADO EN MIS CIUDADES ARRASADAS
tanteando los objetos con tu hábil mansedumbre
y me miras como quien grita que viene en legión
a hacerse himno
a romper mi fuselaje
a temblar con sus dedos la pureza que me queda.

Como si pudieras volverme cierta
me besas rompes las alambradas quemas la cáscara vacía
y hay algo de lumbre en tu mirada algo de bestia
delicada con vocación de jungla.

Y te digo sí porque cercas el origen de las sombras
y me haces agua y no desierto
porque en tu cuerpo la música es hondura
grieta entre la sal
y dices que vienes a hermanarte en mi fervor como un latido
y lo dices sin terror ni trayectoria
sin cemento ni herrumbre ni egoísmo
ni grandeza inventada ni fractura.

Pulsas mi cuerpo en su oscura transparencia
mi cuerpo sin fuego sublevado ni hueco que te nombra
y ahora limpios los establos por fin soy luz desde la luz
cadáver sin urgencia.

Tú me haces hallazgo.
Tú me haces claridad ardiendo el pulso ciego de las cosas.


Bárbara Butragueño, en INCENDIARIO (Polibea, 2013)



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sábado, 6 de julio de 2013

Juan Gelman




Allí

Nadie te enseña a ser vaca.
Nadie te enseña a volar en el espanto.
Mataron y mataron compañeros y
nadie te enseña a hacerlos de nuevo. ¿Hay
que romper la memoria para
que se vacíe? Miro
navegar rostros en mi sangre y me digo
que no murieron aún.
Pero mueren aún.
¿Qué hago mirando cada rostro?
¿Muero con ellos cada vez?
En alguna telita del futuro habrán escrito
sus nombres. Pero
la verdad es que están muertos.
Alazan sueños sin método contra
la vida chiquita.

Juan Gelman 


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jueves, 4 de julio de 2013

POEMILLAS DE LA GACELA, TAMBIÉN LLAMADOS DEL AMOR Y EL DESEO / Julio Vélez.





POEMILLAS DE LA GACELA, TAMBIÉN LLAMADOS
DEL AMOR Y EL DESEO.


I

Era un ciervo herido.
Silencio el agua y la
fuente.
Posaste la mano:
Brotó en selvas.

Son ahora ciervo
y gacela:
agua y sed
de un mismo río.


II

Verte noche colgada
en tus cabellos.
Verte gacela luminosa
entre sombras.
Verte pájaro y verte
vuelo enredado.

Verte mar y verte
alga arañada.
Verte corteza y verte
árbol y cascada.
Verte transparente y verte
gacela de mis sueños.
Verte carne
y verte alma.

Verte palabra, al fin
enmarañada entre los planetas
y el sueño.


Julio Vélez  (POR VUELO DE HERIDA, 1984-86)



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martes, 2 de julio de 2013

Cesar Vallejo / LAS PIEDRAS




LAS PIEDRAS

Esta mañana bajé
a las piedras, oh las piedras!
Y motivé y troquelé
un pugilato de piedras.
Madre nuestra, si mis pasos
en el mundo hacen dolor,
es que son los fogonazos
de un absurdo amanecer.
Las piedras no ofenden; nada
codician. Tan sólo piden
amor a todos, y piden
amor aun a la Nada.
Y si algunas. de ellas se
van cabizbajas, o van
avergonzadas, es que
algo de humano harán...
Mas, no falta quien a alguna
por puro gusto golpee.
Tal, blanca piedra es la luna
que voló de un puntapié...
Madre nuestra, esta mañana
me he corrido con las hiedras,
al ver la azul caravana
de las piedras,
de las piedras,
de las piedras...

César Vallejo


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