jueves, 31 de octubre de 2013

Enrique Falcón





LLUVIA TEMPRANA

El desastre, la resignación, el deseo de perder
para descansar, no merecen la pena.
(Belén Gopegui: El lado frío de la almohada, 2004)


Esperan que te rindas.

Que devuelvas las canciones a sus cuartos.

Que lenta y pobremente
atiborres sus rincones con cristales

y apartes de tus hijos la visión de una revuelta.

Esperan que claudiques
–seas piel, dentada o marzo.

Que suavemente caigas.
Que así tu rendición.

No les libres de la piedra que respira en tus manos.
No les venzas los ojos.

Nada dice
de la lluvia temprana que va a abatir las puertas,

nada
de ese incendio intacto y por venir.

La tormenta, compañero, llegará.

Contra todos los pronósticos,
menos tarde que temprano,
–seas piel, dentada o marzo–
el ciclo de las lluvias / llegará.



Enrique Falcón, de Porción del Enemigo (2013, Calambur)


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martes, 29 de octubre de 2013

CLAES ANDERSSON





No reparan en medios

Cuídate de aquel que dice representar
la voz de muchos.
Tal vez lo hace.

Cuídate de aquel que dice hablar
sólo por su cuenta.
Tal vez lo hace.

Cuídate de aquel que sólo asiente
con la cabeza.
Mañana el asentimiento puede afectarte a ti.

Cuídate de aquellos que sólo quieren vivir
su vida en paz.
No reparan en medios.

CLAES ANDERSSON


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domingo, 27 de octubre de 2013

Blas de Otero





HISTORIA DE MI VIDA

A los cincuenta y tres años de mi vida
comienzo a caminar de otra manera:
el paso tardo y la esperanza fuera,
como un arado uncido a su mancera.

A los cincuenta y tres años de mi vida
el soneto es distinto, las vocales
más anchas, los apóstrofes iguales
y los naufragios más originales.

He vivido volcándome en los días
y ascendiendo las noches destrozadas,
entre cristales rotos y alegrías.

Viviré con los ojos bien abiertos
entre golpes de olas y de azadas.
Como escuchan los hombres. Como miran los muertos.


Blas de Otero





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viernes, 25 de octubre de 2013

Harry Martinson





En privado o en silencio.
O están allí,
o no están.
No se ven.
Entonces sería fácil.
Son importantes
precisamente porque no se basan en réplicas ni contragolpes.
Se basan en la verdad que tienes en tí mismo
y en la honradez con la que sientes tu silencio.
A la larga son ellas las que son decisivas en todas las pequeñas habitaciones
en el infinito número de pequeños cuartos en todos los países.



Poemas sobre luz y oscuridad (1971)
Harry Martinson


(Traducción de Francisco J. Uriz)



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miércoles, 23 de octubre de 2013

Antonio Crespo Massieu





TESIS 9 (TIKUM)

Entre cristales ruinas escombreras
hedor mentiras púas silencios
aplausos cascotes rutina
entre ruinas mirando
siempre mirando
ojos desorbitados
lucidez sin consuelo
ojos abiertos
casi desgarrados
siempre mirando
sin descanso ni párpados ni sueño
mirando atrás
impelido por el viento
avanzando pisoteando tropezando
ojos clavados
en los ausentes perdidos amontonados
ruina sin nombre
ojos heridos por el olvido
reclamando abiertos en su mudez
aristas canteras rótulos sombras
siempre avanzando
impelido expulsado desgajado
así
mis alas casi rotas jirones
temblor de nuca o pie o rótula herida
o culpa que gime escalofrío y abandono
pues avanzo
sin cesar
a través de siglos o momentos
sin remedio
y sólo mis ojos
siguen atrás
mis ojos
como piedad inútil lamento o espasmo de caricia
atrás
mientras
ahora y siempre
avanzo y abandono.


Ahora
el viento cesa
el silencio invade
como música
temblor de ojos hojas
hacia atrás
poco a poco retrocedo
vadear escombros ir
uno a uno
con infinita paciencia
rescatando miradas tocando
carnes de nuevo trémulas
nombrando nombres
que vuelven intactos no olvidados
palabros barro sílabas pedacitos
juntan y cobijan llaman convocan
ester león víctor maría eugenio
ensueño o jazmín vicente rosa jara
andrés aceituna antonio piedra
escapan sílabas soles eva jardín
y el niño sin nombre y el sueño justo del mañana
las puertas el silencio la restitución
juan andrea el animal herido el pájaro
lidia tus sueños como árbol multiplicado
el perro ángel victoria el río limpio infinito
la vaca sin sangre martín pescador encina
el olivo espejo de brisa la hoz y nube
y guadaña felipe todos los perdidos
uno a uno
nombrados
rescatados.


Así
extiendo las alas sábana blanca
infinitas plumas almohada y cobijo
los nombres todos
acaricio
con lento amor
como temblor de origen
o aullido de mañana
todos los rostros
todos los lomos
todos los ríos
ubres lamentos pezuñas.
Vuelven
ya no esperan
juntan manos silencios
atardeceres o carreras
la luz o las pequeñas frases
la lengua fuera o rebuznos cacareos
jadeos o nieve y cristal de río
todo vuelve
a sí mismo
los pedazos se juntan
el barro es figura entre alas
olas de ángel saludo entre risas
de antonio maría o bartolomé
cigüeña humo y blanco dolores
las risas del río.


Las risas
mira
rostro de los nombres
salvados devueltos
como juntar cristales cuentas cuentos
en la luz o niños o barro cocido
sílabas vivas
como corzo o palpitar
de perro ave o caricia de ángel niña.


Cesó
el furor
el viento fue leve brisa
el tiempo tembló como oráculo o precipicio
y el ángel se detuvo
la historia rota
quebrada sucesión de huracanes y sombras
y la brisa fue silencio
eco de Bach musitado por álamos y torrentes
y mis alas blancas
fueron carne y temblor.


Así
dejé mis ojos
heridos entre ruinas
supe del párpado el silencio y el descanso
y me hice consuelo
anuncio ángel proclama
caricia ya sin alas
sin historia
y perdí el tiempo
encontré los nombres
y todo todas los que faltaban.


Y la ausencia
mudó su nombre
y la memoria encendió
las sílabas del tiempo.

Antonio Crespo Massieu



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lunes, 21 de octubre de 2013

René Char




Alberto Giacometti

Ropa tendida, ropa interior y ropa de casa, detenida con pinzas, pendía en una cuerda. Su despreocupado propietario le permitía gustoso pasar la noche fuera. Un fino rocío blanco se extendía sobre las piedras y sobre la hierba. A pesar de la promesa de calor el campo no se atrevía aún a parlotear. La belleza de la mañana, entre los cultivos desiertos, era total, porque los campesinos no habían abierto sus puertas, de anchas cerraduras y grandes llaves, para despertar baldes y herramientas. El gallinero exigía. Una pareja de Giacometti abandona el sendero cercano, y aparece a la vista. Desnudos o no. Alargados y transparentes, como los vitrales de las iglesias incendiadas, graciosos, como los escombros sufriendo mucho al perder su peso y su sangre de antaño. Altivos y seguros sin embargo, como aquellos que se comprometieron sin temblar bajo la luz irreductible de la maleza y de los desastres. Estos apasionados de la adelfa se detuvieron frente al arbusto del granjero y aspiraron largamente su perfume. La ropa en la cuerda se asustó. Un perro estúpido huyó sin ladrar. El hombre tocó el vientre de la mujer, quien le agradeció con una mirada, tiernamente. Pero sólo el agua del pozo profundo, bajo su techo de granito, se regocija de este gesto, porque ella percibe su lejana significación. En el interior de la casa, en la rústica habitación de los amigos, el gran Giacometti dormía.

René Char



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sábado, 19 de octubre de 2013

Constantino Cavafis



(Cildo Meireles)



Fui

No me detuve, me entregué por completo y fui.
Fui a los placeres irreales,
forjados a medias por mi mente.
Estuve dentro de la iluminada noche.
Bebí vinos fuertes
en la forma que los hedonistas beben.

Constantino Cavafis


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miércoles, 16 de octubre de 2013

Edgar Allan Poe





SOLO

Desde el tiempo de mi niñez, no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude sacar
mis pasiones desde una común primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pena; no se despertaría
mi corazón a la alegría con el mismo tono;
y todo lo que quise, lo quise solo.
Entonces -en mi niñez- en el amanecer
de una muy tempestuosa vida, se sacó
desde cada profundidad de lo bueno y lo malo
el misterio que todavía me ata:
desde el torrente o la fuente,
desde el rojo peñasco de la montaña,
desde el sol que alrededor de mí giraba
en su otoño teñido de oro,
desde el rayo en el cielo
que pasaba junto a mí volando,
desde el trueno y la tormenta,
y la nube que tomó la forma
(cuando el resto del cielo era azul)
de un demonio ante mi vista.


Edgar Allan Poe


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lunes, 14 de octubre de 2013

Idea Vilariño




Desnudez total

Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.

Idea Vilariño



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sábado, 12 de octubre de 2013

T. S. Eliot





Little Gidding

V

Lo que llamamos el comienzo es a menudo el final
y llegar al final es llegar al comienzo.
El final es ahí donde empezamos. Y cada frase
y oración correcta (donde cada palabra es familiar,
y ocupa su lugar para respaldar a las demás,
la palabra no es reticente ni ostentosa,
una transacción sencilla entre lo viejo y lo nuevo,
la palabra común, exacta, sin vulgaridad,
la palabra formal precisa, pero sin pedantería,
compañeras perfectas bailando al compás)
cada frase y cada oración son un final y un comienzo,
cada poema un epitafio. Y toda acción
un paso al cadalso, al fuego, hacia la garganta del mar
o hacia una piedra indescifrable: y allí es donde empezamos.
Morimos con los moribundos:
miren, ellos se marchan y vamos con ellos.
Nacemos con los muertos:
miren, ellos regresan y volvemos con ellos.
El momento de la rosa y el momento del tejo
duran lo mismo. Un pueblo sin historia
no es redimido por el tiempo, porque la historia es una muestra
de momentos atemporales. Entonces, mientras la luz se apaga
en una tarde de invierno, en una capilla apartada
la historia es ahora e Inglaterra.

Con la atracción de este Amor y la voz de este Llamado.

No dejaremos de explorar
y el fin de todas nuestras búsquedas
será llegar a donde comenzamos
y reconocer el lugar por primera vez.
A través de la puerta desconocida y recordada
cuando lo último que quede por descubrir de la tierra
sea eso que fue el comienzo;
en el nacimiento del río más largo
la voz de la cascada oculta
y los niños en el manzano.
No conocida, porque no la buscamos
pero oída apenas en la quietud
entre dos olas de mar.
De prisa, aquí, ahora, siempre—
una condición de absoluta sencillez
(que cuesta nada menos que todo)
Y todo estará bien y
todas las cosas saldrán bien
cuando las lenguas de la llama se unan
al centro de fuego coronado
y el fuego y la rosa sean uno.

T. S. Eliot
(St. Louis, Missouri, 1888–Londres, 1965)
Versión de Silvia Camerotto



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miércoles, 9 de octubre de 2013

Oliverio Girondo





Ejecutoria del miasma

Este clima de asfixia que impregna los pulmones
de una anhelante angustia de pez recién pescado.
Este hedor adhesivo y errabundo,
que intoxica la vida
y nos hunde en viscosas pesadillas de lodo.
Este miasma corrupto,
que insufla en nuestros poros
apetencias de pulpo,
deseos de vinchuca,
no surge,
ni ha surgido
de estos conglomerados de sucia hemoglobina,
cal viva,
soda cáustica,
hidrógeno,
pis úrico,
que infectan los colchones,
los techos,
las veredas,
con sus almas cariadas,
con sus gestos leprosos.
Este olor homicida,
rastrero,
ineludible,
brota de otras raíces,
arranca de otras fuentes.
A través de años muertos,
de atardeceres rancios,
de sepulcros gaseosos,
de cauces subterráneos,
se ha ido aglutinando con los jugos pestíferos,
los detritus hediondos,
las corrosivas visceras,
las esquirlas podridas que dejaron el crimen,
la idiotez purulenta,
la iniquidad sin sexo,
el gangrenoso engaño;
hasta surgir al aire,
expandirse en el viento
y tornarse corpóreo;
para abrir las ventanas,
penetrar en los cuartos,
tomarnos del cogote,
empujarnos al asco,
mientras grita su inquina,
su aversión,
su desprecio,
por todo lo que allana la acritud de las horas,
por todo lo que alivia la angustia de los días.


Oliverio Girondo



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lunes, 7 de octubre de 2013





En el nombre de hoy

En el nombre de hoy, veintiséis
de abril y mil novecientos
cincuenta y nueve, domingo
de nubes con sol, a las tres
-según sentencia del tiempo-
de la tarde en que doy principio
a este ejercicio en pronombre primero
del singular, indicativo,

y asimismo en el nombre del pájaro
y de la espuma del almendro,
del mundo, en fin, que habitamos,
voy a deciros lo que entiendo.
Pero antes de ir adelante
desde esta página quiero
enviar un saludo a mis padres,
que no me estarán leyendo.

Para ti, que no te nombro,
amor mío-y ahora hablo en serio-,
para ti, sol de los días
y noches, maravilloso
gran premio de mi vida,
de toda la vida, qué puedo
decir, ni qué quieres que escriba
a la puerta de estos versos?

Finalmente a los amigos,
compañeros de viaje,
y sobre todos ellos
a vosotros, Carlos, Ángel,
Alfonso y Pepe, Gabriel
y Gabriel, Pepe (Caballero)
y a mi sobrino Miguel,
Joseagustín y Blas de Otero,

a vosotros pecadores
como yo, que me avergüenzo
de los palos que no me han dado,
señoritos de nacimiento
por mala conciencia escritores
de poesía social,
dedico también un recuerdo,
y a la afición en general.


Jaime Gil de Biedma



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sábado, 5 de octubre de 2013

Sharon Olds




Me acuesto ahora en la arena de la playa y te miro
a ti que estás también
acostada en la arena. Quiero grabarte en mi memoria
para cuando no estés más conmigo: tus labios
turgentes y brillantes de rouge bajo el sol,
tus labios suaves como los labios interiores
de una concha de mar; tu piel dorada de vainilla,
barnizada y apenas irregular como la superficie
de una vainilla, tu pelo atado en un rodete serio.
Te amé en vez de a otros,
te amé como una forma de no amar a nadie más,
cada partícula precisa de tu cuerpo
hacía el dios, así como tu fuiste hecha dentro de mí,
en un mundo sellado. ¿Y qué si de tus labios aprendí
el amor de otros labios, si de tus trenzas y gomitas
el amor de otros lazos, si de tus ojos que
se estremecen cerrados, el amor de otros ojos,
de tu cuerpo los cuerpos,
de tu vida las vidas?
Hoy veo que hay algo que aprender de ti
y es a amar lo que no me pertenece.


Sharon Olds


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jueves, 3 de octubre de 2013

Frank O'Hara





Personismo. Un manifiesto
por Frank O'Hara

Todo está en el poema, pero, ante el riesgo de hablar como Allen Ginsberg de un pobre rico, te escribiré porque acabo de oír de labios de unos colegas poetas que un poema mío no puede captarse en una lectura porque yo también estaba confundido. Vamos, vamos. No creo en Dios, de modo que no debo formular y expresar estructuras elaboradas. Odio a Vachey Lindsay, siempre lo he odiado; ni siquiera me gusta el ritmo, la asonancia, todo eso. Uno no hace más que seguir su nerviosismo. Si alguien nos corre con un cuchillo por la calle, uno también corre, no se da vuelta en la esquina para gritar "¡dejá de perseguirme, en la secundaria fui una estrella de la pista de atletismo!".

Eso, en cuanto a lo que se refiere a escribir poemas. En cuanto a su recepción, suponete que estás enamorado y alguien te maltrata. Vos no le decís "¡hey, no podés herirme así, yo te quiero!". Sólo dejás caer los diferentes cuerpos donde caigan y todos caen siempre a los pocos meses. En primer lugar, sin embargo, no es por eso que te enamoraste, nada más que por aferrarte a la vida, de manera que debés arriesgarte y evitar ser lógico. El dolor siempre produce la lógica, lo que es muy malo para vos.

No estoy diciendo que prácticamente yo no tenga las mismas ideas elevadas de cualquiera de los que escriben hoy, pero, ¿qué importa? No son más que ideas... Lo único bueno es que, cuando me siento excelso, dejo de pensar y entonces llegan refrescos.

Ahora bien, ¿importa, en realidad, que alguien lo reescriba, entienda lo que quiere decir o los mejores? ¿Los mejores para qué, para la muerte? ¿Para qué hay que apresurarlos? Hay demasiados poetas que se portan como una madre de edad mediana que quiere que sus hijos coman mucha carne con papas y jugo (de lágrimas). Me importa un bledo que coman o no. Comer a la fuerza conduce a una delgadez excesiva (débil y decadente). Nadie debe sentir algo que no necesite sentir ni dejar que la poesía se aproveche de ellos. También me gusta el cine. Después de todo, de todos los poetas estadounidenses, sólo Whitman, Crane y Williams son mejores que el cine. En cuanto a la medida y el reto del aparato técnico, sólo basta el sentido común: si vas a comprar un par de pantalones, buscá los más ajustados para que todo el mundo quiera acostarse con vos. No hay nada metafísico en eso, a menos, por supuesto, que te halagues hasta sentir que lo que sentís es "un anhelo".

La abstracción en la poesía sobre la cual hace poco Allen Ginsberg hizo un comentario es intrigante. Creo que aparece sobre todo en los detalles diminutos cuando se hace necesario tomar una decisión. La abstracción (en la pintura) implica la desaparición personal del poeta. Por ejemplo, la decisión que implica optar entre la nostalgia "del" infinito y la nostalgia "por" el infinito define una actitud hacia un grado de abstracción. La nostalgia "del" infinito representa un grado mayor de abstracción y la capacidad negativa (como en Keats y en Mallarmé).

El Personismo, un movimiento que acabo de fundar y sobre el cual nadie sabe nada, me interesa muchísimo, pues es tan opuesto a esta clase de desaparición abstracta que, en realidad, se aproxima a la verdadera abstracción en la primera vez en la historia de la poesía. El Personismo es a Wallace Stevens lo que la "póesie pure" era a Béranger. El Personismo no tiene nada que ver con la filosofía: es todo arte. No tiene nada que ver con la personalidad o con la intimidad. ¡Por el contrario! Para darte una idea general, uno de sus aspectos mínimos radica en que se dirige a una persona (distinta del propio poeta) y, de esa forma, evoca una insinuación amorosa sin destruir esa vulgaridad del amor de despertar la vida y sustenta el sentimiento del poeta hacia su poema, al mismo tiempo que evita que el amor lo lleve a sentir algo hacia esa persona. Eso es parte del Personismo, fundado por mí después de un almuerzo con LeRoy Jones el 27 de agosto de 1959, día en que me estaba enamorando de alguien (incidentalmente, no de LeRoy sino de alguien rubio). Volví a casa a trabajar y escribí un poema para esta persona. Mientras lo escribía, me di cuenta de que, si quería, podía hablar por teléfono en vez de escribir el poema y así nació el Personismo.

Se trata de un movimiento muy excitante que, sin duda, tendrá un montón de adherentes. Ubica el poema directamente entre el poeta y la persona, al estilo de Lucky Pierre, y el poema queda gratificado. Por fin tenemos el poema entre dos personas y no entre dos páginas. Con toda modestia, confieso que puede ser la muerte de la literatura tal cual la conocemos. Si bien lo lamento de alguna manera, me alegro de haber llegado antes de Alain Robbe-Grillet. Como la poesía es más rápida y más segura que la prosa, resulta justo que sea la poesía la que acabe con la literatura. Durante un tiempo la gente pensaba que Artaud iba a lograr eso, pero, a pesar de toda su magnificiencia, sus escritos polémicos no están más fuera de la literatura que Bear Mountain del estado de Nueva York. Su relación no es más asombrosa que la de Dubuffet con la pintura.

¿Qué se puede esperar del Personismo (esto se está poniendo bueno ¿no?)? Todo, pero no lo tendremos. Es un movimiento demasiado bueno, demasiado vital para prometer nada. Sin embargo, igual que Africa, está en marcha. Será mejor que se cuiden tanto los residentes propagandistas de la técnica como los del contenido.


Revista Galera, Número 14. Abril-Mayo 2010, Buenos Aires (sin mención de traductor)




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martes, 1 de octubre de 2013

(POCO PUEDE ESPERARSE) / Julio Vélez







(POCO PUEDE ESPERARSE)

Poco puede esperarse de los que nacimos
de lo oscuro, pues una luz primigenia
nos impregnó los ojos, y nuestra ceguera
nos impide ver más luz que aquella
primera luz, que al cabo nos hizo.


Julio Vélez   (21 de enero 1986)


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