Sueño
sobre ejecución
Me puse en una fila de
personas
que exactamente igual que yo
no descubrieron hasta
demasiado tarde
que estaban haciendo cola
para ser ejecutados.
Por lo demás, hasta entonces,
el ambiente había sido excelente.
Habíamos intercambiado
cuentos y chistes
repartido cigarrillos y las
botellas habían pasado de mano en mano
y el tiempo era estupendo
ni demasiado frío ni
demasiado caluroso.
Al verme ante el verdugo le
indiqué:
Yo soy el inventor
del aparato que está usando
y hasta podría traerle el
número de la patente
si simplemente espera un
poco.
Pero no me sirvió de nada.
Mi cabeza salió volando
tras lo que me quedé un
ratito mirando
cómo decapitaban
a los que habían estado
detrás de mí en la cola.
Todo recién ejecutado
exclamaba lo mismo
que por cierto también
habían sido mis
primeras palabras en el más
allá:
<< ¡Cómo se puede ser
tan tonto!
¡Cómo se puede ser tan
tonto!>>
de esa manera un sueño
con la ventana abierta de
par en par hacia los ruiseñores
y una vela encendida en la
mesilla de noche
me proporcionó una nítida
imagen sobre
la situación del hombre.
Henrik
Nordbrandt
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