Querido Julio, quién me iba a decir que
habría de adherirme a un homenaje a tí en el último momento y de esta manera.
Han pasado casi cuarenta años desde aquella
cita clandestina en la calle Méndez Álvaro, cuando era una calle de fábricas y
muros llenos de pintadas reivindicativas. Venías de Sevilla con el encargo de
montar en Madrid la organización de profesionales y artistas del partido y
desde luego que la montaste.
Supe que se preparaba este homenaje por
Luis López Gil, que vino a visitarme a la librería (sí, qué cosas, ahora por
fin soy librero) hace unos meses y me anunció que se estaba preparando. Quedó
en enviarme información pero debió perder mi dirección de correo. Luego tuve
alguna noticia vaga a través de Rafael Reig que a su vez la había sabido por
Luis Martínez Ros y finalmente, al volver de unas vacaciones en Puerta de
Hierro, me entero por Rafael de que el homenaje será este viernes.
La dirección de este correo la he
encontrado gracias a Google (una cosa que tú no conociste y que sirve para
encontrar información verdadera y falsa en cantidades industriales) y me alegra
ver que en tu homenaje participa gente buena y muy buena, como tú te mereces,
gente como Jota, o Luis López, o Rafael Reig, o sobre todo Alejandro Romero, a
quien solamente vi un par de veces aunque me hablaste de él casi tantas horas
como de Vallejo. Estarás entre amigos como siempre. Yo no iré a Madrid ese día
(en realidad no bajo casi nunca) y me quedaré en Cercedilla sintiéndome como en
aquel verso que te regalé para el Laooconte.
Un fuerte abrazo,
Búfalo
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