viernes, 27 de noviembre de 2015

ULTRAIZQUIERDISTAS / Roque Dalton




ULTRAIZQUIERDISTAS 



Los pipiles
que no comprendieron la cruz y la cultura más adelantada
y no quisieron agachar la cabeza frente a la Corona de España
y se alzaron en la sierra con las armas en la mano
contra el conquistador.

Los que durante los 300 años de la Colonia
mantuvieron la llama de la rebelión indígena
y murieron cazados en el monte o en el garrote vil o en la horca
y se negaron a coexistir pacíficamente con el Encomendero
en el seno de las encomiendas y los repartimientos.

Pedro Pablo Castillo y los comuneros de 1814
que expropiaron los fusiles a las autoridades militares de San Salvador
y los apuntaron contra los opresores del pueblo.

En cambio
Matías Delgado y los próceres terratenientes de 1821
no fueron ultraizquierdistas
(porque hicieron la Independencia por la vía pacífica
aunque la Independencia fuera más que todo para ellos
y los pobres centroamericanos siguieran allá abajo
explotados, humillados, hambreados, engañados y dependientes.

Anastasio Aquino sí lo fue
porque con lanzas de huiscoyol y cañones de palo
sublevó a los nonualcos contra el gobierno central
no tomó el poder porque no supo que había ganado la guerra
después de haber inventado la emboscada
y haber legislado como un marxista de este lado del Lempa
y haber expropiado a los ricos de San Vicente
que habían escondido su oro bajo las enaguas de San José)
Don Chico Morazán también lo fue
y lo fue a nivel centroamericano
Gerardo Barrios
por poco no entra en la colada
si no es que se te ocurre agarrar viaje al frente de las tropas
para ir a Nicaragua a echar plomo contra los filibusteros gringos de Walker.

De ahí hubo un largo período
en que los revolucionarios salvadoreños
dejaron de ser ultraizquierdistas
y se volvieron tan decentes como burgueses
el ultraizquierdismo desapareció
ante el empuje del conservadurismo burgués
del liberalismo burgués y la Constitución burguesa
de la expropiación burguesa de la tierra común
de la entronización del Dios burgués del café
más omnipotente en lo referido a la República,
que su símbolo de palo y colochos
llamado ni más ni menos que Salvador del Mundo.

Todo iba muy bien hasta que se apareció ese ultraizquierdista llamado Farabundo Martí
que encabezó un ultraizquierdista Partido Comunista Salvadoreño
en el que militaban un montón de ultraizquierdistas
entre otros Feliciano Ama, Timoteo Lúe, Chico Sánchez,
Vicente Tadeo, Alfonso Zapata y Mario Luna.

No pudieron ser ultraizquierdistas hasta el final
porque no tenían con qué
y fueron asesinados en número de treinta mil.

En 1944 hubo otra epidemia de ultraizquierdismo
cuando hasta los militares se contagiaron y se alzaron el 2 de abril
contra el tirano Martínez
con el asentimiento ultraizquierdista de todo el pueblo.

Una huelga nacional ultraizquierdista
terminó con el régimen asesino
en lo que éste se dedicaba a fusilar
a los ultraizquierdistas del 2 de abril.

Uno de ellos fue tan ultraizquierdista y tan poco conciliador
que con un ojo de menos y con los testículos y los huesos machacados
le dijo al cura que lo fue a confesar
que no le flaqueba el espíritu sino tan sólo el cuerpo.
Víctor Manuel Marín era su nombre.

Ese año hubo, además, otros dos casos notables
de ultraizquierdismo salvadoreño
uno fue cuando 200 jóvenes armados
entraron por el lado de Ahuachapán provenientes de Guatemala
para tratar de derrocar a Osmín Aguirre
y otro fue cuando el ultraizquierdista Paco Chávez Galeano
se batió a tiros con la policía en el Parque de San Miguelito.
Como la cosa estaba agarrando color de hormiga
los ricos desempolvaron la mejor de las armas
contra el ultraizquierdismo
o sea las elecciones
las elecciones para coexistir en las urnas
donde todos los salvadoreños fueran iguales
o sea donde todos fueran igualmente engañados
con música de fondo de democracia y paz.

Con elecciones y uno que otro golpe de Estado
el ultraizquierdismo fue reducido ala mínima expresión .
a pesar de que Castaneda Castro hubo de darle metralla
cada vez que le pareció prudente
y Osorio persecuciones, muerte, cárceles
(aunque hay que aceptar que hubo ultraizquierdistas
que comprendieron a tiempo las ventajas de coexistir
mediante contundentes argumentos escriturados en cheques
Embajadas, Ministerios, premios de la lotería becas
casas en la Colonia Centroamérica, mujeres, guaro).

Pero ya bajo Lemus estaba aquí otra vez
el ultraizquierdismo más necio que una mula
armando la tremolina
y mostrando ultraizquierdistamente
el hambre y la desesperación que inundaban el país
(cada vez que bajan los precios del café
como que todo el mundo se vuelve ultraizquierdista)
hubo manifestaciones ultraizquierdistas y tiros ultraizquierdistas
y bombas ultraizquierdistas y muertos ultra izquierdistas
y, además, por todas partes cundía el ultraizquierdista ejemplo
de Cuba y de Fidel.

Total que Lemus se vino al suelo
y subió una Junta de Gobierno
que hablaba de ultraizquierdismo pero hasta ahí nomás
y no tenía nada en las manos
para pensar siquiera en ser ultraizquierdista de verdad.

Mientras la Junta hablaba
y el pueblo de nuevo ultraizquierdista pedía armas
la Alianza para el Progreso tomó el poder.

Otra vez había habido un susto grande
y hubo de reforzarse el sistema electoral coexistente
la oposición de su Majestad
las frases reformistas y democratizantes
y se declaró terminada
la era de la explotación del hombre por el hombre.

Pero de un día para el otro
todo el movimiento obrero organizado de El Salvador
amaneció ultraizquierdista
y organizó una huelga que arrodilló al gobierno de Rivera.

Para colmo de males los maestros se volvieron ultraizquierdistas
y algunos curas también
y hasta algunos opositores
propiedad hasta entonces del gobierno.
En vista de lo cual el nuevo gobierno
(presidido por un enano ladrón de apellidos Sánchez y Hernández)
dio dos serios pasos
que son ejemplares para la lucha contra el ultraizquierdismo.

En primer lugar lanzó al pueblo
a que se quitara la calentura peleando contra Honduras.

En segundo lugar apeló
a la organización que se suponía era el corazón de la ultraizquierda
para que se subordinara al Gobierno de esa gran cruzada nacional
El PC se partió en dos ante la situación
la mayoría que aceptó dejar de ser ultraizquierdista
se quedó con el nombre
la minoría que decidió seguir siendo ultraizquierdista
se salió de la carpa encabezada por un panadero
llamado Salvador Cayetano Carpio.

Después surgieron dos organizaciones ultraizquierdistas
las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí”
y el Ejército Revolucionario del Pueblo “ERP”
con el propósito de que en adelante
los verdaderos ultraizquierdistas salvadoreños
tengan con qué carajos ser ultraizquierdistas hasta el final
o sea hasta tomar el poder
tan ultraizquierdistamente como sea necesario en este país
dominado por la ultraderecha.

O sea que se trata de ser ultraizquierdistas eficaces
y no sólo ejemplares ultraizquierdistas derrotados
como los pipiles y Pedro Pablo Castillo y Anastasio Aquino
y Gerardo Barrios que terminó fusilado por los Dueñas
y los muertos del 32 y los invasores de Ahuachapán
y Paco Chávez y el montón de caídos del pueblo
bajo Castaneda, Osorio, Lemus, El Directorio, Julión Rivera,
Sánchez Hernández y el bandido actual.

En un país como el nuestro
donde todo está cerca y concentrado
donde el amontonamiento histórico es tan denso
el ultraizquierdismo que no se quede en palabras
y tenga con qué ser ultraizquierdista en los hechos
irá siempre más hondo calando en el corazón popular
que sigue estando en la ultraizquierda del pecho.

Roque Dalton

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