lunes, 9 de marzo de 2015

Joan Brossa




A pesar de sentirme tan alegre, de pronto
se me viene a la cabeza alguna idea y, dejándome llevar
por ella, me pongo triste, tanto, que el lector
se da cuenta y se queda sorprendido; y yo,
esforzándome por decir algo, cito
alguna razón y cojo una caña:
es la caña con la que jugaba,
de niño, como si fuese un caballo,
colocándomela entre las piernas
para correr de un sitio
a otro.

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Joan Brossa en traducción de José Batlló. Tomado de Poemas Civiles (ed. Visor, 2013).




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