Divorcio
Maté nuestra vida juntos,
haché cada cabeza,
con sus pobres ojos azules pegados a una
pelota de playa
que rueda por separado hasta la vereda.
Maté todas las cosas buenas
pero son demasiado obstinadas para mí.
Aguantan.
Las pequeñas palabras de compañerismo
gatearon hasta sus tumbas,
el hilo de la compasión,
querido como una frutilla,
los cuerpos mezclados
que pusieron dos hijas dentro nuestro,
ver cómo te vestías,
temprano,
la ropa separada, prolija y doblada,
sentado al borde de la cama
lustrando tus zapatos con pomada negra,
y te amé entonces, tan sabio fuera de la
ducha,
y te amé muchas otras veces
y estuve, por meses,
queriendo ahogarlo,
enterrarlo profundo,
dejar su gran lengua roja
sumergida como un pez,
pero donde sea que mire están encendidos,
el róbalo, la anchoa, la platija
ardiendo entre las algas marinas
como muchos soles golpeando las olas
y mi amor sigue brillando con vehemencia,
sus espasmos no van a irse a dormir,
y yo estoy indefensa y sedienta y quiero
una sombra
pero no hay nadie que me tape –
ni siquiera Dios.
Anne
Sexton
Versión: Tom Maver
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