Esta mañana de aguacero leo poemas de Jorge
Teillier, poemas del piano de la lluvia (escribe él refiriéndose a Neruda), de
su sur chileno, sin trenes, con cantinas tristes, con fuegos que pintan la
vejez en el rostro de quien en ellos pierde su mirada, en un escenario de
desolación, a cada cual el suyo, donde dice, o después de que diga, que el
verdadero despertar es el sueño, palabra de poeta, de quien ve lo que otros no
ven porque no quieren o no pueden o porque miran para otra parte.
Miguel
Sánchez-Ostiz
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HOTEL
NUBE
He visto a un hombre que pensaba
ser perseguido
por la policía de todo el mundo.
Cambiaba de aviones, de buses y de trenes
y desconfiaba hasta de su soñolienta sombra.
ser perseguido
por la policía de todo el mundo.
Cambiaba de aviones, de buses y de trenes
y desconfiaba hasta de su soñolienta sombra.
He visto a un hombre buscando algo
que creía haber perdido en alguna parte
y no se acordaba dónde.
que creía haber perdido en alguna parte
y no se acordaba dónde.
He visto a un hombre
siguiendo sin saber por qué un cortejo fúnebre. Bajo
el sudario ceremonial de la lluvia
escuchó un himno que lo llevó al Hotel Nube
donde creía llegar sin dejar huellas
y tras hacer la señal de asilo de los desamparados
confió en las puertas que se abrían piadosas.
siguiendo sin saber por qué un cortejo fúnebre. Bajo
el sudario ceremonial de la lluvia
escuchó un himno que lo llevó al Hotel Nube
donde creía llegar sin dejar huellas
y tras hacer la señal de asilo de los desamparados
confió en las puertas que se abrían piadosas.
En la sala de espera
había tipos que contaban nuestros pasos
esperando nuestra llegada
sin ocultar siquiera entre sus mangas sus cuchillos asesinos
bendecidos por un Poder sin Gloria.
había tipos que contaban nuestros pasos
esperando nuestra llegada
sin ocultar siquiera entre sus mangas sus cuchillos asesinos
bendecidos por un Poder sin Gloria.
Jorge Teillier
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