Los grandes medios
aún tenían sus consignas. No las explicitaban pero alguna decía así: que no
admirásemos, que adorásemos el triunfo de quienes ellos reconocen aunque sin
preguntar ¿qué hicieron para triunfar, se llevaron a alguien por delante, a
quién sirve su triunfo, querríamos que otras personas se les parecieran?
Que no admiremos,
que ambicionemos un reconocimiento semejante olvidando la cuestión del para qué
usaron lo alcanzado. Y hoy ha muerto Adrienne Rich, pues aunque murió hace dos
meses, el 27 de marzo, parece que muriera hoy mismo en el papel. Has muerto,
sin embargo los periódicos impresos españoles no lo dijeron, ni los
telediarios. Estabas en internet, como en voz baja una tristeza iba por las
redes llevando la noticia. Construimos lugares para tu vida y tu muerte porque
haces falta, porque entre tantas voces reconocidas y premiadas a las que no
podemos admirar, aprendimos contigo que “de la misma forma que se puede
construir mal una metáfora, la historia puede conducir también a deformaciones
cuando olvida actos de resistencia y de rebelión, cuando destruye modelos
transformadores o cuando sentimentaliza las relaciones de poder”. Traigo aquí
estas palabras de una de tus traductoras, María Soledad Sánchez Gómez:
“Adrienne representó en mi vida el impacto incuestionable de un ser humano
lúcido y extraordinariamente honesto que me ayudó a ordenar mi pensamiento
crítico y, por qué no decirlo también, mi vida personal”. Traigo versos traducidos
por Myriam Díaz Diocaretz: “Absortas en las galanterías, escuchamos/ las
exageradas alabanzas a nuestras mediocridades,/ la indolencia se interpreta
como abnegación,/ el descuido en el pensar se denomina intuición,/ se perdona
cada traspié,/ nuestro crimen/ sólo consiste en hacer sombra,/ o en romper el
molde/ sin vacilar”.
La admiración no
aleja ni tampoco impide argumentar, discrepar o compartir. Con la admiración no
olvidamos a quienes no tuvieron la palabra pública y son tanto o más necesarias
y necesarios que aquélla cuya voz nos concierne hoy que viene la batalla y
vendrán golpes. Hoy, cuando de nuevo imaginamos que la vida podría ser
espaciosa y sin miedo, redes de apoyo mutuo, suprimir la libertad de explotar
para que todas las demás existan, hoy vienen tus versos y abren camino: “Nadie
duerme en este cuarto sin/ el sueño de un lenguaje común”.
BELÉN GOPEGUI
Fuente:
Periódico Diagonal
“Vine a explorar el naufragio.
Las palabras son intenciones.
Las palabras son mapas.
Vine a ver el daño causado
y los tesoros que perduran.
(…)
Somos, soy, eres
por cobardía o por coraje
el ser que descubre nuestra ruta
hasta esta escena
llevando un cuchillo, una cámara
un libro de mitos
en el cual
nuestros nombres no aparecen.”
Adrienne
Rich
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