viernes, 31 de mayo de 2013

Muere lentamente quien... / Pablo Neruda






Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en si mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.

Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaídos.

Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy! - ¡Haz hoy!
¡Arriesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!

Pablo Neruda


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miércoles, 29 de mayo de 2013

Nosotros que corrimos tanto y tanto delante de los grises… / Antonio Orihuela.



(M. Millares)


Fíjate si corrimos
que cuando nos iban a dar alcance
apretamos la marcha
y entonces no sólo dejamos de ver a los grises
sino que cuando nos quisimos dar cuenta


éramos nosotros
los que íbamos corriendo detrás de los grises,


y con el impulso de la carrera
empezamos a correr al lado de los grises
y de ir así, corriendo al lado de los grises,
por el contacto, por los roces, por el sudor,
por el miedo, por la mímesis, por las cosas del querer,
pues empezamos unos a convertirnos en grises
y otros se convertían en presidentes del Senado,
diputados forales, consellers, asesores de imagen,
concejales de urbanismo, directores, constructores,
banqueros, fiscales, profesores, antidisturbios…


Todos, todos, corriendo con los grises
y preguntándonos: ¿Pero dónde se habrán metido estos
que corrían delante de los grises,
dónde se habrán metido estos disturbios
corredores delante de los grises?


Nada, no aparecían. Así que empezamos a zumbar
a todo lo que íbamos encontrando:
Veíamos un derecho social, pues un palo.
Veíamos un derecho laboral o sindical, otro palo,
y así, dando palos a los salarios, la sanidad, la educación,
la investigación, las pensiones o la jubilación hemos seguido.


Claro que a veces nos salía al paso un empresario.
Había que tener un cuidado con los empresarios…
porque es que va uno en carrera y no se distinguen bien,
y no es cuestión de darles un palo a los empresarios
por muy representantes de la ley y el orden que seamos
mientras los otros, los que debían estar corriendo
delante de los grises, que son el caos, el desorden,
no se qué hacen o dónde se habrán metido
pero el caso es que cuando los agarremos se van a enterar
porque independientemente de lo que hagan
se presupone que es que hay disturbios
con los corredores delante de los grises
y por eso, nosotros que somos los antidisturbios,
tenemos que antidisturbiarlos.


Así que ya os digo, allí estábamos,
corre que te corre sin parar
hasta que por fin vimos en una plaza
a unos cuantos miles de excedentes de producción,
y dijimos, ahí están, esos que se creen personas con derechos
van a ser los disturbios que buscamos.
Se van a enterar esos disturbios,
les vamos a sacar las tripas,
esta vez no se nos escapan.


Y, como buenos secuestradores de la historia,
negra porra en mano, apretamos la carrera,
por la victoria final, daltónicos
y al lado de los grises corriendo sin parar.


Es lo que tienen las porras, que te las ponen en las manos
y ya no sabes cuándo parar de buscar corredores delante de los grises.


Poema de Antonio Orihuela. “La guerra tranquila”. Ed. Origami, 2012.



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lunes, 27 de mayo de 2013

TRADUCIENDO A BRECHT / Franco Fortini





TRADUCIENDO A BRECHT

Toda la tarde
una tormenta enorme se ha cernido
sobre los techos hasta romperse en rayos, agua.
Y yo fijaba versos de cemento y vidrio
con sus calamidades, gente chillando y miembros
míos incluso, que sobreviví. Con cautela,
mirando hacia las tejas arrasadas, a la página
seca, pude oír la palabra
de un poeta expirar o transformarse
en otra, no ya por nosotros, voz. Los oprimidos
están serenos y oprimidos, los opresores
también serenos telefonean, el odio
es cortés y yo mismo no sé ya
quién es culpable.

Escribe, me digo, odia
a quien guía suavemente hacia la nada
a los hombres y mujeres que junto a ti caminan
y creen no saber. Escribe también tu nombre
entre los de tus enemigos. El temporal
y su estruendo han pasado. La naturaleza
es demasiado débil para imitar batallas. La poesía
no cambia nada. Nada es seguro, pero escribe.


Franco Fortini


Traducción de Abraham Gragera


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sábado, 25 de mayo de 2013

José Emilio Pacheco





DRAGONES
El que derrota al monstruo
y ocupa su lugar
se vuelve el monstruo.

José Emilio Pacheco



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jueves, 23 de mayo de 2013

Enrique Lihn / Revolución



(Luis López)



Revolución

No toco la trompeta ni subo a la tribuna
De la revolución prefiero la necesidad de conversar entre amigos
aunque sea por las razones más débiles
hasta diletando; y soy, como se ve, un pequeño burgués no vergonzante
que ya en los años treinta y pico sospechaba que detrás del amor a los pobres
de los sagrados corazones
se escondía una monstruosa duplicidad
y que en el cielo habría una puerta de servicio
para hacer el reparto de las sobras entre los mismos mendigos que se
restregaban aquí abajo contra los flancos de la Iglesia
en ese barrio uncioso pero de cuello y corbata
frío de corazón ornamental
La revolución
es el nacimiento del espíritu critico y las perplejidades que le duelen al imago
en los lugares en que se ha completado para una tarea por ahora
incomprensible
y en nombre de la razón la cabeza vacila
y otras cabezas caen en un cesto
y uno se siente solitario y cruel
víctima de las incalculables injusticias que efectivamente no se hacen esperar
y empiezan a sumarse en el horizonte de lo que era de rigor llamar entonces
la vida
y su famosa sonrisa.

Enrique Lihn


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martes, 21 de mayo de 2013

Julio Vélez / Aunque acaso vida y muerte...






XLIII

Aunque acaso vida y muerte
sean una misma y plural acogida,
ingentes brazadas,
lumínicas.
ardorosas luchas.

A un nuevo siglo
abiertas las mañanas,
días rasgados
en su mitad más muda.

que la muerte
vendrá a por la vida,
       diáfana,
puntual.
firme y segura.

Pero me va a encontrar en rebeldía.


Julio Vélez  (LOS FUEGOS PRONUNCIADOS, 1985)


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lunes, 20 de mayo de 2013

Lucía Sócam





Lucía Sócam en concierto en el Café Libertad 8 de Madrid

La cantautora ofrecerá una actuación el próximo martes 21 de mayo.

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domingo, 19 de mayo de 2013

Erri de Luca / Considero Valor.





Considero Valor.

Considero valor cada forma de vida, la nieve, la fresa, la mosca.

Considero valor el reino mineral, el conjunto de las estrellas.

Considero valor el vino junto a la pasta, una sonrisa involuntaria, el cansancio que no niegan dos viejos que se gustan.

Considero valor lo que mañana no valdrá nada y lo que hoy ya vale poco.

Considero valor todas las heridas.

Considero valor ahorrar agua, reparar zapatos, callar a tiempo, socorrer a gritos, pedir permiso antes de sentarse, probar gratitud sin recordar bien el porqué.

Considero valor poder saber donde está el norte en una habitación y el nombre del viento que seca la ropa.

Considero valor el viaje del vagabundo, lo clausura del monje, la paciencia del condenado sea cual sea su culpa.

Considero valor emplear el verbo amar y la hipótesis que un creador existe.

Muchos de estos valores no los he conocido.

Erri de Luca.


(De, "Mi manera de estar solo")

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viernes, 17 de mayo de 2013

Mario Benedetti






Hoy hace 4 años que nos dejó el escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti.


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

Mario Benedetti


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jueves, 16 de mayo de 2013

GARCILASO, Elegía I







¡Oh miserables hados, oh mezquina
suerte, la del estado humano, y dura,
do por tantos trabajos se camina,
y agora muy mayor la desventura
d’aquesta nuestra edad cuyo progreso
muda d’un mal en otro su figura!

GARCILASO, Elegía I

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martes, 14 de mayo de 2013

Noticia para viajeros / Julio Cortázar





Noticia para viajeros

Si todo es corazón y rienda suelta
y en las caras hay luz de mediodía,
si en una selva de armas juegan niños
y cada calle la ganó la vida,

no estás en Asunción ni en Buenos Aires,
no te has equivocado de aeropuerto,
no se llama Santiago el fin de etapa,
su nombre es otro que Montevideo.

Viento de libertad fue tu piloto
y brújula de pueblo te dio el norte,
cuántas manos tendidas esperándote,
cuántas mujeres, cuántos niños y hombres

al fin alzando juntos el futuro,
al fin transfigurados en sí mismos,
mientras la larga noche de la infamia
se pierde en el desprecio del olvido.

La viste desde el aire, esa es Managua
de pie entre ruinas, bella en sus baldíos,
pobre como las armas combatientes,
rica como la sangre de sus hijos.

Ya ves, viajero, está su puerta abierta,
todo el país es una inmensa casa.
No, no te equivocaste de aeropuerto:
entrá nomás, estás en Nicaragua.


Julio Cortázar / Managua, febrero de 1980


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domingo, 12 de mayo de 2013

Miguel Sánchez-Ostiz / Isla Negra… y volver, volver…






No vuelvas, ve, vete, a otra parte, cambia de ruta, aunque sigas en la misma… Hace diez años por estas fechas andaba por Valparaíso y un día fui en autobus a Isla Negra. Era un día de borrasca, con el mar bravo, agua y mucho viento. “Tengo que ir”, me había dicho desde que me regalaron por Navidad (¿1970?),Una casa en la arena, el libro de Neruda con fotografías de Sergio Larrain, un fotógrafo que me entusiasma. Un sueño cumplido.  No puedo decir que no sintiera ninguna emoción: por Neruda y sus poemas, por sus cosas, por el amor maniático a estas en el que me reconocía entonces y luego solo  a ratos. Regresé en otra ocasión y las dos veces sentí lo que siente el peregrino literario: valía la pena el viaje, pero el santuario, entre el negocio malencarado y la barraca de feria, decepcionaba. Te tienen que gustar mucho Neruda y los cachivaches (los suyos y los tuyos) para dejarte llevar por el arrobo místico. Y las cosas, las cosas, su peso, se va a adelgazando con el tiempo y no hay culto que las pueda mantener vivas. Antes de tomar el bus de regreso,  estuve mucho tiempo, lo tenía, en la playa, sentado en una roca, mirando el mar y pensando en lo que piensa todo el mundo. Entre los poemas de Neruda y las fotografías de Larrain, y aquel mar enbravecido y sus cantos rodados en concierto de truenos habían pasado treinta años, más de treinta años. Un chaparrón  me hizo regresar a los alrededores de la casa y buscar refugio en un chiringuito.  Me arrepiento de no haber comprado un barco metido en una botella para añadir a mi colección, pero me dio flojera. Y por lo que respecta a los mascarones. Mascarones de proa de Neruda, de Céline y de Baroja… Una vez estuve a punto de comprar un mascarón de proa en Las Pulgas de Paris y me arrepentí a tiempo. No sé si volveré a vivir la encrucijada de Isla Negra. Ahora mismo la estoy viviendo en el papel, que no otra cosa es escribir de lo vivido.

Miguel Sánchez-Ostiz

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viernes, 10 de mayo de 2013

Raúl Zurita





DIÁLOGO DE CHILE

Verás un mar de piedras
Verás margaritas en el mar
Verás un Dios de hambre
Verás el hambre
Verás figuras como flores
Verás un desierto
Verás el mar en el desierto
Verás tu odio
Verás un país de sed
Verás acantilados de agua
Verás nombres en fuga
Verás la sed
Verás amores en fuga
Verás el poco amor
Verás flores como piedras
Verás sus ojos en fuga
Verás cumbres
Verás margaritas en las cumbres
Verás un día blanco
Verás que se va
Verás no ver
Y llorarás


Raúl Zurita


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miércoles, 8 de mayo de 2013

Antonio Orihuela





LA MANO NEGRA

14 de junio,
luz de Cádiz en la plaza del mercado de Jerez.
Desayuno pensando que en este lugar
fue asesinado el maestro de escuela Pedro Corbacho
junto con otros seis compañeros.
Cien familias poseían entonces el 42% de las tierras de
España,
la Iglesia católica conservaba un 20%
e infinidad de fincas rústicas y urbanas,
y aquella mañana
demostraron que no estaban dispuestos a perderlas.
A los siete les dieron garrote vil,
a los jueces que los condenaron sabiendo de su
inocencia
el Gobierno los condecoró con la Gran Cruz de Isabel la
Católica.
Cerca de seis mil personas fueron encarceladas durante
el proceso,
los asesinados tenían fama de excelentes compañeros,
gente solidaria y trabajadora,
leían mucho –dijeron-.
no comían carne ni pescado,
no fumaban ni bebían alcohol.
Mientras los agarrotaba el verdugo,
uno gritó: ¡Germinal!,
los que nacerán,
los que vendrán,
lo que nos da fuerza
para seguir con la lucha.

Antonio Orihuela
(campamento dignidad / poemas para la conciencia.)

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lunes, 6 de mayo de 2013

Felipe Zapico





Se toma la palabra en toda la Península, en todos los
lugares,
las calles, ateneos libertarios, centros ocupados, bares,
esquinas y mercados.
Se toma la palabra
para
defenderla
de tanto
tramposo.
Se toma la palabra
para
defenderla
de tanto
tanto
pomposo.
Se toma la palabra
palabra
que sangra
que duele
que alivia.
Se toma la palabra
que abrasa
que raspa
que mancha.
Se toma la palabra.

Felipe Zapico

(campamento dignidad / poemas para la conciencia.)

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miércoles, 1 de mayo de 2013

Eduardo Galeano / Julio Vélez






Los pasajeros

A través de los campos y los tiempos, marchaba el tren desde Sevilla hacia Morón de la Frontera.Y a través de la ventana, el poeta Julio Vélez contemplaba, con ojos cansados, las arboledas y las casas que huían en ráfagas, mientras su memoria deambulaba por las geografías y los años.
           
Sentado frente a Julio, iba un turista. El turista quería practicar su dificultosa lengua castellana, pero Julio andaba quién sabe por donde, buscando alguna certeza que se le había ido, alguna palabra o mujer que se le había perdido.

            -¿Usted es andaluz? -preguntó el turista.
            Julio, ausente, asintió.
            Y el turista, intrigado, insistió:
            -Pero si es andaluz, ¿por qué está triste?


Eduardo Galeano

Bocas del tiempo (pág. 192)
Siglo XXI, Madrid, 20


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